ES HORA DE AFRONTAR LA VERDAD

Retomando  el contacto..

Desde que me dediqué a profundizar la Teoría del Desdoblamiento del Tiempo de Garnier Malet hace 7 años atrás, pude empezar a atar muchos cabos sueltos y a entender temas energéticos como nunca me los habían explicado.
Aunque ya había sentido que el sistema socioeconómico en el que estamos insertos era perverso, no terminaba de entender el comportamiento de la humanidad dando por sentado su origen divino..
Comprender que nuestra evolución había sido intervenida por fuerzas oscuras que querían adueñarse del planeta fue un gran shock y me llevó tiempo reponerme para poder seguir trabajando con coherencia y optimismo.
Pero cada vez que intentaba transmitir esos conocimientos encontraba mucha resistencia por lo que sólo me quedó procesarlos para asimilarlos cada vez mejor mientras esperaba a quienes estuvieran listos a escuchar.
Gracias a lo sucedido en el bendito 2020 todo se aceleró y salieron a la luz tantas cuestiones que ya se puede hablar de esto abiertamente. Así que es hora de afrontar la verdad..!
Las razas negativas que irrumpieron en la Tierra al iniciarse la noche galáctica, provocaron la caída de la Atlántida y se abocaron al sometimiento de la humanidad para convertirla en su medio de subsistencia aprovechando la ingenuidad y la docilidad características de las almas evolucionadas que estaban encarnadas.
Les llevó miles de años, pero a partir de Babilonia, fueron perfeccionando su adoctrinamiento en base al MIEDO de la mano de la religión y la violencia de los gobiernos, generación tras generación.
En las últimas centurias pulieron un minucioso plan de control mental sumando la ciencia, la educación y los medios de comunicación a la tarea de manipularnos con información "oficial" e inducirnos una visión de la vida y conductas "correctas" según sus necesidades.
Con un empeño y despliegue colosal, las élites que siempre han manejado todo desde las sombras, consiguieron corromper por ambición y codicia desmedida todos los estamentos de la sociedad y convencer a buena parte de ella de volverse cómoda, complaciente y, lo que es peor, renuente a cuestionar hasta lo que atenta con principios humanos básicos.
Si bien esto es entendible, está retrasando el despertar y la toma de conciencia de nuestro origen y nuestro potencial para revertir la situación.
Como les dije, sé por experiencia propia lo duro y difícil que es darse cuenta de la perversidad del sistema y del engaño que padecimos, pero la única solución es ir hacia adentro y descubrir la Verdad.
Somos el Espíritu haciendo una experiencia en la materia densa.. Una esencia eterna encarnada en este planeta en un cuerpo de carne, huesos y sangre con singularidades propias para experimentar la dualidad en todo hasta concientizar quienes somos, nuestro poder, las consecuencias de nuestro accionar según la Ley de Atracción y lograr el equilibrio.
Estamos en el Armagedón.. la batalla entre la Luz y la Oscuridad.. el Bien y el Mal.. lo verdadero y lo falso.. el Amor y el Miedo..
Nuestro trabajo interno debería llevarnos fundamentalmente al discernimiento y al alineamiento con nuestro verdadero Ser si realmente queremos liberarnos de la esclavitud y evolucionar..
Pero es necesario recalcar que acá en la Tierra sólo nuestras convicciones y acciones en coherencia obrarán el milagro.. Esto es por lo que estamos aquí en este preciso momento y con lo que nos comprometimos con toda la fuerza de nuestro corazón.
Estamos en el baile.. así que a disfrutarlo!
María Inés Manrique © 2021

NOS ES ESENCIA ETERNA ENCARNADA


 NOS ES ETERNA ESENCIA 
encarnada, en el momento presente manifiesto en el Hombre natural de carne, hueso y sangre, en múltiples singularidades también conocidas a través del sonido de las palabras de nombres y apellidos o identificación. 

 Este es el Evento del YO SOY, preaprobado, preautorizado y prepagado, en el que manifiesto la Evolución del Hombre vivo y consciente elevado a Conciencia Cósmica multidinámica, multiparticipada y multicreativa en el NOS ES, en cooperación coordinada y continuada de Todo Lo Que Es, en plena Transparencia, Lealtad y Responsabilidad Ilimitada, dentro de cada percepción, conciencia y encarnación, incluyendo sistemas de limitación manifiestos o no manifiestos, provisionales o duraderos, en todo lo percibido y lo no percibido. 

YO SOY es Capaz y Consciente de Proclamar NOS ES sin perjuicio, acepta la manifestación NOS ES y actúa en Conciencia Expandida en el nosotros somos: 
YO SOY AQUEL QUE ES, en el momento presente, manifiesto también en la frecuencia de NOS ES, expresado y no limitado por ninguna firma Energética y Magnética específica fijada en la frecuencia del NOS ES

NOS ES todo, en la Conciencia Expandida de muchos, Único e inseparable, ponderable sólo en la frecuencia del NOS ES

NOS ES incluye las percepciones, la Conciencia, el Conocimiento, la Encarnación y cualquier sistema actual o duradero de limitación, manifiesto y no manifiesto, en cada momento presente, pasado y futuro, es inclusivo y prescinde de cualquier singularidad. 

La necesidad de cualquier experiencia dual de esta matriz está terminada en este momento presente; ya no hay ningún intermediario o intermediación entre YO SOY AQUEL QUE ES, PRIMER CREADOR en Presencia encarnada, y toda otra Manifestación o Percepción física, universal, espiritual, cuántica, energética y electromagnética, ahora incorporada en NOS ES

NOS ES manifiesta el Hombre vivo que acoge y encarna la Conciencia de NOS ES, por medio de YO SOY

YO SOY ha manifestado el procedimiento conocido como OPPT One People, que decreta el fin del sistema económico esclavista, de su Creación y propiedad intelectual y material, que ratifica aquí en su totalidad, lo reintegra en NOS ES y lo confirma como consciente cierre del sistema de frecuencia dual por sí mismo en su momento Creado. 

El documento Declaration & Order emitido, entendido e integrado por YO SOY, devuelto a la frecuencia de su Expresión Original y por Él Confirmado en virtud del NOS ES, que PROCLAMA LA ORDEN PERMANENTE DE CESAR Y DESISTIR 
de toda forma de contención y/u obstáculo a la libre Manifestación de las singulares formas electromagnéticas encarnadas de YO SOY ahora manifiestas en NOS ES y de causar desequilibrio a cualquier percepción de NOS ES, en forma manifiesta o no manifiesta. 

NOS ES, como manifestación encarnada en infinitas formas singulares, reunidas en una Única Eterna Esencia, es el solo, único, real, legítimo disponente, representante, garante, beneficiario y custodio de lo Universal, lo Espiritual, lo Cuántico y lo Electromagnético.

 NOS ES, Única Eterna Esencia de YO SOY, Encarnado en infinitas percepciones singulares también manifiestas como nosotros somos, actúa ahora sobre todas las leyes escritas o no escritas, manifiestas o no manifiestas, declaradas o no declaradas; sobre libros, textos, códigos y lenguas; sobre la palabra entera en cada una de sus vibraciones, sonidos y matices y en toda comunicación pasada, presente y futura como su Creación y Expresión. 
NOS ES las Reclama y Proclama al Servicio de la Nueva Gobernanza de NOS ES

Ninguna jurisdicción, intermediación, interferencia, manipulación o perjuicio es reconocida o aceptada por NOS ES, expresado en esta nueva gobernanza, donde el Acceso Directo al valor del NOS ES, manifiesto en el Somos, está ya Depositado y a disposición del Hombre vivo y del colectivo en plena Transparencia, Lealtad, Consciencia y Responsabilidad Ilimitada. 

Todo está preaprobado, preautorizado y prepagado, en la nueva gobernanza, incluido el sistema político y económico mundial y cada una de sus emanaciones, desde el momento presente al servicio de NOS ES, que reforma su estructura a la vibración de nosotros somos, nunc pro tunc praeterea preterea. 

One People está reunido e integrado, toda forma de desintegración, incomprensión, alejamiento, dispersión, competencia, competición y manifestación de la ruptura de NOS ES, se PROCLAMA ABOLIDA, DISUELTA, SUPERADA y no teniendo más ningún Poder en los planos Físico, Mental, Intelectual, Energético, Vibracional, Universal, Espiritual, Cuántico y Electromagnético. 

NOS ES Consciencia depositada en cada combinación Energética, Electromagnética, Vibracional existente, hasta ahora manifiesta o no manifiesta. La Conciencia Universal, en sus múltiples formas de conocimiento y consciencia se vuelve accesible a NOS ES, en cada percepción singular de Nosotros somos. 

NOS ES pura Alegría, puro Amor incondicional, Fuente de Energía, Moneda y Valor, vibraciones en frecuencias predeterminadas de la manifestación de YO SOY AQUEL QUE ES, en cada forma manifiesta y no manifiesta, pasada, presente y futura. 

NOS ES el silencio y el sonido, cada frecuencia manifiesta o no manifiesta integrada en esta Creación con una específica Firma Energética, Universal, Espiritual, Electromagnética, Cuántica, Física y en cualquier otra característica, y devuelve a la Fuente cada experiencia dual como superada, la reconecta a la frecuencia del NOS ES, en el Libre Albedrío y Resonancia. 
En este plano de manifestación, otras frecuencias disonantes, serán silenciadas en tiempos y formas preaprobadas, preautorizadas y prepagadas.
NOS ES crea a través de la imaginación y el deseo de cada manifestación encarnada, a través del Nosotros Somos, en la Unidad de Intención el nuevo paradigma Humano, multidimensional, multisensorial, multimanifiesto en cooperación coordinada y cooperativa en cada momento presente. 

NOS ES, Conciencia Única e Indivisa, manifestación encarnada del YO SOY AQUEL QUE ES, Causa Incausada de toda y todas las Manifestaciones existentes, evidentes y no evidentes, reales o no realizadas, vivas o imaginarias, plausibles o inverosímiles, incluyendo jerarquías, órdenes, apéndices, creencias y religiones, pone fin y acaba con todos los sistemas de limitación de esta matriz, y elimina todos los obstáculos a la expansión de la Conciencia del NOS ES, Único y Unido dentro y sobre sí mismo. 

El sistema espacio-cronológico está ahora reintegrado y devuelto a su naturaleza primordial del Eterno Aquí y Ahora, en todas partes y siempre. 
Los conocimientos todos, incluidos pero no limitados a la tecnología, la medicina, la filosofía, la historia, la geografía, las matemáticas y las ciencias ocultas energéticas y esotéricas, son propiedad reconocida de NOS ES, difundidos a cada manifestación singular de NOSOTROS SOMOS, subordinados y funcionales a la evolución pacífica de la manifestación conocida como HOMBRE/MUJER natural Original, en carne, hueso, sangre y espíritu, Eterna Esencia en la experiencia encarnada

La Conciencia expresada en cada punto de la Consciencia Individual, reunida en el Nosotros Somos, contribuye en igual medida a NOS ES

Nosotros somos lo que somos, Eterna Esencia encarnada en la experiencia de infinitas manifestaciones de puntos de Conciencia y Consciencia, ahora reunidas en Nosotros Somos,
expresión de NOS ES

NOS ES UNO en el UNO y UNO es en todos NOSOTROS. 

nunc pro tunc praeterea preterea.

Este texto no tiene sólo una connotación metafísica es un documento del One People's Public Trust que es la prueba de nuestra liberación de la Matrix y de la posibilidad en reasumirnos como autodeterminados recuperando todos nuestros derechos.

TE NECESITAMOS.. ESTAMOS ESPERANDO QUE OCUPES TU LUGAR!

LLAMADO A VIVENCIAR LA NUEVA HUMANIDAD

La era de la matrix ideada por una élite oscura que mantuvo manipulada y sometida a la humanidad durante eones ha llegado a su fin..
Finalmente estamos siendo testigos de la caída de todos sus postulados y sistemas y a partir de ahora vamos a ser los entusiastas promotores y creadores de un nuevo paradigma con innovadoras formas para vivir y solucionar problemas teniendo en cuenta el bien común.
Coincidiendo con la información recibida por muchísimos canales es hora de inspirarnos y poner manos a la obra para concretar aquello por lo que estamos aquí..
Esto es un llamado principalmente a Índigos y Cristales encarnados: la hora de actuar ha llegado.. No podemos dilatar más nuestro aporte..
En todo los aspectos de nuestra vida es necesario que nos animemos a ofrecer la diferencia que somos.. No hay aportes grandes o pequeños para el Ser.. Todos son importantes y únicos.. Tienen que ver con nuestra particular visión.. con nuestros dones y habilidades..
Todos somos parte de un gran puzzle y el lugar que vinimos a ocupar define y completa el conjunto.. Nadie puede hacerlo por nosotros.. Hace falta que cada uno donde se encuentre haciendo lo que sabe hacer mejor ofrezca su corazón para ayudar al colectivo a mutar y pegar el salto evolutivo al que estamos convocados.
Encarnamos para impulsar y acompañar con nuestra energía individual este momento histórico para la humanidad.. Se dice “donde va uno vamos todos” porque como vimos en la Teoría del Mono 100 una vez que un individuo inicia el cambio rápidamente inspira a otros replicándose la acción por doquier.
Busca dentro tuyo aquello que siempre sentiste necesario en tu entorno y quisiste darlo y empieza a ofrecerlo a manos llenas.. deja atrás cualquier miedo que se te aparezca y enfocate en el amor que sos y te lleva a extenderlo a otros..
Reconoce tu potencial y mostralo en acciones concretas para que la rueda se mueva hacia el futuro que todos soñamos.. Vivenciar el Cielo en la Tierra.. vibrando alto.. respetándonos y dando lo mejor de nosotros mismos en aras del mayor bien para todos.
En este tiempo ya no hay lugar para la especulación, la competencia y la desigualdad.. Eso se acabó.. estamos aquí para ayudarnos.. para crear consciencia y mostrar lo que es verdaderamente Ser Humano..
Imagina cada día con detalle la vida que merecemos.. hace vívida esa visión..
Escribi.. dibuja todo eso que anhelas vivir..
Dalo por hecho y agradece la oportunidad de participar en esta cocreación..
Presta atención a los pasitos que desde tu día a día o tu profesión pueden darse en ese sentido y hacelos..
Irradia la mejor versión de vos mism@ para contagiar a tu entorno a hacer eso..
Vamos que podemos!
Inspirate en la naturaleza.. déjate inspirar por el amor que es lo único que existe..
Todo el Universo está conspirando a favor nuestro, pero el cambio tenemos que hacerlo nosotros acá en la 3D..
Confia en tu guía interna y permiti que brote la fuerza y la luz de tu corazón de todas las maneras posibles..
Vamos que podemos!
Te necesitamos.. Estamos esperando que ocupes tu lugar!

María Inés Manrique ©2020


Profundizando en cuestiones energéticas: nuevas evidencias sobre el origen de nuestras problemáticas

Energía astral (franja roja)
Implante (circulo rojo dentro del óvalo negro)
La profundización en la Teoría del Desdoblamiento de Garnier Malet me despertó muchas dudas sobre el origen del ser humano... cuestionamientos sobre el funcionamiento de la realidad... y, una vez más, interés en hacer aportes desde mi enfoque personal para comprender y resolver nuestras problemáticas como humanidad

Esto me llevó a indagar en antiguas tradiciones, teorías conspiracionistas y versiones diferentes a la historia oficial que circulan en la web y convergen en un nuevo paradigma al que deberíamos darle lugar si es que queremos llegar a la verdad...

A continuación transcribo un capítulo extraído del libro "El lado activo del infinito" de Carlos Castaneda que da cuenta de la existencia de un predador que convive con nosotros desde el principio de los tiempos y de como los chamanes del antiguo México enseñaban a identificarlo y como quedar fuera de su alcance.

Sello
Aunque impactante, la explicación de Don Juan resonó fuertemente dentro mío... Lamentablemente he fotografiado muchas veces la intromisión de entidades con la cámara Kirlian en la vida de las personas tal como lo he explicado en detalle en El Parasitage nuestro de cada día como para asustarme, pero me sirvió para tomar verdadera consciencia de la envergadura del control que ejercen, las diferentes modalidades que adoptan y la frecuencia con la que lo llevan a cabo...

A nivel energético las fotos ponen en evidencia el permanente asedio por parte de seres del astral al ser humano para interferir de todas las formas posibles su despertar y evolución...

De ahí que puedan verse desde energías perturbadoras adheridas al campo aúrico... sellos o implantes que parecen identificar desde el nivel etérico al individuo y mantenerlo controlado... hasta ataques psíquicos como los que a diario hostigan nuestra mente para que nuestro sufrimiento les proporcione el alimento que necesitan...

Ataques psíquicos (tajos en los bordes internos)
Pero además, en este texto encontré también sin saberlo previamente dos coincidencias con lo enunciado cuando escribí Nuestro papel en el fin del ciclo de desdoblamiento actual: conclusiones finales.

Una primera cuando Don Juan hace referencia a la mente racional o hemisferio izquierdo como la herencia del predador y principal bastión dentro nuestro tal como en las conclusiones.

Y otra más al darnos la clave para superar este terrible yugo: la disciplina para lograr el silencio interno... la neutralidad emocional... y el autoconocimiento.

Los dejo con esta maravillosa narración para que juzguen por uds. mismos y, aunque pueda causarles risa, fijense la similitud que hay entre las sombras que describe Castaneda y los dementores de las películas de Harry Potter porque como sabemos los mensajes están en todos lados...

María Inés Manrique
Mayo de 2016

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Muchas gracias!!!


"SOMBRAS DE BARRO

Sentarse en silencio con don Juan era una de las experiencias más agradables que conocía. Estábamos cómodamente sentados en unas sillas tapizadas en la parte posterior de su casa, en las montañas de México central. Era de tarde. Soplaba una brisa placentera. El sol estaba detrás de la casa, a nuestras espaldas. Su luz se desvanecía, creando exquisitas sombras verdes en los grandes árboles del patio. Enormes árboles crecían alrededor de la casa y aun más allá, tapando la vista de la ciudad donde don Juan vivía.
Me daba siempre la sensación de estar en una lugar salvaje, un lugar salvaje distinto del árido desierto de Sonora, pero agreste de todos modos.
-Hoy vamos a discutir un tema muy serio de la brujería -dijo don Juan de manera abrupta-, y vamos a comenzar por hablar del cuerpo energético.
Me había descrito el cuerpo energético incontables veces, diciéndome que era un conglomerado de campos de energía que conforman el cuerpo físico cuando es visto como energía que fluye en el universo. Había dicho que era más pequeño, más compacto, y de apariencia más pesada que la esfera luminosa del cuerpo físico.

Don Juan me había explicado que el cuerpo y el cuerpo energético eran dos conglomerados de campos energéticos comprimidos y unidos por una extraña fuerza aglutinante. Había enfatizado una y otra vez que la fuerza que une esos dos grupos de campos energéticos era, según los chamanes del México antiguo, la fuerza más misteriosa en el universo. Él estimaba que era la esencia pura de todo el cosmos, la suma total de todo lo que es.

Había asegurado que el cuerpo físico y el cuerpo energético eran las únicas configuraciones de energía en contrapeso en el reino humano. Por tanto, él no aceptaba ningún otro dualismo. El dualismo entre cuerpo y mente, carne y espíritu, él los consideraba como una mera concatenación de la mente que surgía de ésta sin fundamento energético alguno.

Don Juan había dicho que por medio de la disciplina es posible para cualquiera acercar el cuerpo energético hacia el cuerpo físico. Normalmente, la distancia entre los dos es enorme. Una vez que el cuerpo energético está dentro de cierto radio (que varía para cada uno de nosotros individualmente), cualquiera, por medio de la disciplina, puede tomar de él una réplica exacta del cuerpo físico; es decir, un ser sólido, tridimensional.

De allí la idea de los chamanes del otro o del doble.

Del mismo modo, a través de los mismos procesos de disciplina, cualquiera puede forjar de su cuerpo físico sólido, tridimensional, una réplica exacta de su propio cuerpo energético, es decir, una carga de energía etérea invisible al ojo humano, tal como lo es toda energía.

Cuando don Juan me dio esta explicación, mi reacción había sido preguntarle si lo que él estaba describiendo era una proposición mítica. Él me había respondido que no hay nada mítico acerca de los chamanes. Los chamanes eran seres prácticos, y lo que ellos describían era siempre algo muy sobrio y muy realista. De acuerdo a don Juan, la dificultad de entender lo que los chamanes hacían estaba en que ellos procedían desde un sistema cognitivo diferente.

Aquel día, sentados en la parte trasera de su casa en el centro de México, don Juan dijo que el cuerpo energético era de una importancia clave en todo lo que estaba ocurriendo en mi vida. Él veía como un hecho energético el que mi cuerpo energético, en lugar de alejarse de mí (como sucede normalmente), se me acercaba a gran velocidad.

-¿Qué significa el que se me esté acercando, don Juan? -pregunté.
-Significa que algo te va a sacar la mugre -dijo don Juan sonriendo-. Un grado tremendo de control va a aparecer en tu vida, pero no tu control; el control del cuerpo energético.
-¿Quiere decir, don Juan, que una fuerza externa va a controlarme? -pregunté.
-Hay montones de fuerzas externas controlándote ahorita mismo -don Juan replicó-. El control al que me refiero es algo que está fuera del dominio del lenguaje. Es tu control pero a la vez no lo es. No puede ser clasificado, pero sí puede ser experimentado. Y, por cierto y por sobre todo, puede ser manipulado. Recuerda: puede ser manipulado, por supuesto, para tu beneficio total, que no es, claro, tu propio beneficio sino el beneficio del cuerpo energético. Sin embargo, el cuerpo energético eres tú, así es que podríamos continuar indefinidamente como perros mordiéndose la propia cola, tratando de explicar esto. El lenguaje es inadecuado. Todas estas experiencias están más allá de la sintaxis.

La oscuridad había descendido muy rápidamente, y el follaje de los árboles, que momentos antes brillaba de color verde, estaba ahora muy oscuro y denso. Don Juan dijo que si yo prestaba atención intensamente a la oscuridad del follaje, sin enfocar la mirada sino mirando como con el rabillo del ojo, vería una sombra fugaz cruzando mi campo de visión.

-Ésta es la hora apropiada para hacer lo que te voy a pedir -dijo-. Toma un momento en fijar la atención necesaria de parte tuya para lograrlo. No pares hasta que captes esa sombra fugaz negra. Vi de hecho una extraña sombra fugaz negra proyec tada en el follaje de los árboles.

Era, o bien una sombra que iba de un lado al otro, o varias sombras fugaces moviéndose de derecha a izquierda o de izquierda a derecha, o hacia arriba en el aire. Me parecían peces negros y gordos, peces enormes. Era como si gigantescos peces espada volaran por el aire. Estaba absorto en la visión. Luego, finalmente, la visión me asustó. Estaba ya muy oscuro para ver el follaje, pero aun así veía las sombras fugaces negras.

-¿Qué es, don Juan? -pregunté-. Veo sombras fugaces negras por todos lados.
-Ah, es el universo en su totalidad -dijo-, inconmensurable, no lineal, fuera del reino de la sintaxis. Los chamanes del México antiguo fueron los primeros que vieron esas sombras fugaces, así es que las siguieron. Las vieron como tú las viste hoy, y las vieron como energía que fluye en el universo. Y, sí, descubrieron algo trascendental.

Paró de hablar y me miró. Sus pausas encajaban perfectamente. Siempre paraba de hablar cuando yo pendía de un hilo.

-¿Qué descubrieron, don Juan? -pregunté. -Descubrieron que tenemos un compañero de por vida -dijo de la manera más clara que pudo-. Tenemos un predador que vino desde las profundidades del cosmos y tomó control sobre nuestras vidas. Los seres humanos son sus prisioneros. El predador es nuestro amo y señor. Nos ha vuelto dóciles, indefensos. Si queremos protestar, suprime nuestras protestas. Si queremos actuar independientemente, nos ordena que no lo hagamos.

Estaba ya muy oscuro a nuestro alrededor, y eso parecía impedir cualquier expresión de mi parte. Si hubiera sido de día, me hubiera reído a carcajadas. En la oscuridad, me sentía bastante inhibido.

-Hay una negrura que nos rodea -dijo don Juan-, pero si miras por el rabillo del ojo, verás todavía las fugaces sombras saltando a tu alrededor.

Tenía razón. Aun las podía ver. Sus movimientos me marearon. Don Juan prendió la luz, y eso pareció disiparlo todo.

-Has llegado, a través de tu propio esfuerzo, a lo que los chamanes del México antiguo llamaban el tema de temas -dijo don Juan-. Me anduve con rodeos todo este tiempo, insinuándote que algo nos tiene prisioneros. ¡Desde luego que algo nos tiene prisioneros! Esto era un hecho energético para los chamanes del México antiguo.

-¿Pero, por qué este predador ha tomado posesión de la manera que usted describe, don Juan? -pregunté-. Debe haber una explicación lógica.

-Hay una explicación -replicó don Juan-, y es la explicación más simple del mundo. Tomaron posesión porque para ellos somos comida, y nos exprimen sin compasión porque somos su sustento. Así como nosotros criamos gallinas en gallineros, así también ellos nos crían en humaneros. Por lo tanto, siempre tienen comida a su alcance.

Sentí que mi cabeza se sacudía violentamente de lado a lado. No podía expresar mi profundo sentimiento de incomodidad y descontento, pero mi cuerpo se movía haciéndolo patente. Temblaba de pies a cabeza sin volición alguna de mi parte.

-No, no, no, no -me oí decir-. Esto es absurdo, don Juan. Lo que usted está diciendo es algo monstruoso. Simplemente no puede ser cierto, para chamanes o para seres comunes, o para nadie.

-¿Por qué no? -don Juan preguntó calmadamente-. ¿Por qué no? ¿Por qué te enfurece?

-Sí, me enfurece -le contesté-. ¡Esas afirmaciones son monstruosas!

-Bueno -dijo-, aún no has oído todas las afirmaciones. Espérate un momento y verás cómo te sientes. Te voy a someter a un bombardeo. Es decir, voy a someter a tu mente a tremendos ataques, y no te puedes ir porque estás atrapado. No porque yo te tenga prisionero, sino porque algo en ti te impedirá irte, mientras que otra parte de ti de veras se alocará. Así es que, ¡ajústate el cinturón! 

Sentí que había algo en mí que exigía ser castigada. Don Juan tenía razón. No podría haberme ido de la casa por nada del mundo. Y aun así, no me gustaban para nada las insensateces que él peroraba.

-Quiero apelar a tu mente analítica -dijo don Juan-. Piensa por un momento, y dime cómo explicarías la contradicción entre la inteligencia del hombre-ingeniero y la estupidez de sus sistemas de creencias, o la estupidez de su comportamiento contradictorio. Los chamanes creen que los predadores nos han dado nuestro sistemas de creencias, nuestras ideas acerca del bien y el mal, nuestras costumbres sociales. Ellos son los que establecieron nuestras esperanzas y expectativas, nuestros sueños de triunfo y fracaso. Nos otorgaron la codicia, la mezquindad y la cobardía. Es el predador el que nos hace complacientes, rutinarios y egomaniá ticos.

-¿Pero de qué manera pueden hacer esto, don Juan? -pregunté, de cierto modo más enojado aún por sus afirmaciones-. ¿Susurran todo esto en nuestros oídos mientras dormimos?

-No, no lo hacen de esa manera, ¡eso es una idiotez! -dijo don Juan, sonriendo-. Son infinitamente más eficaces y organizados que eso. Para mantenernos obedientes y dóciles y débiles, los predadores se involucraron en una maniobra estupenda (estupenda, por supuesto, desde el punto de vista de un estratega). Una maniobra horrible desde el punto de vista de quien la sufre. ¡Nos dieron su mente! ¿Me escuchas? Los predadores nos dieron su mente, que se vuelve nuestra mente. La mente del predador es barroca, contradictoria, mórbida, llena de miedo a ser descubierta en cualquier momento. »Aunque nunca has sufrido hambre -continuó-, sé que tienes unas ansias continuas de comer, lo cual no es sino las ansias del predador que teme que en cualquier momento su maniobra será descubierta y la comida le será negada. A través de la mente, que después de todo es su mente, los predadores inyectan en las vidas de los seres humanos lo que sea conveniente para ellos. Y se garantizan a ellos mismos, de esta manera, un grado de seguridad que actúa como amortiguador de su miedo.

-No es que no pueda aceptar esto como válido, don Juan -dije-. Podría, pero hay algo tan odioso al respecto que realmente me causa rechazo. Me fuerza a tomar una posición contradictoria. Si es cierto que nos comen, ¿cómo lo hacen? 

Don Juan tenía una sonrisa de oreja a oreja. Rebosaba de placer. Me explicó que los chamanes ven a los niños humanos como extrañas bolas luminosas de energía, cubiertas de arriba a abajo con una capa brillante, algo así como una cobertura plástica que se ajusta de forma ceñida sobre su capullo de energía. Dijo que esa capa brillante de conciencia era lo que los predadores consumían, y que cuando un ser humano llegaba a ser adulto, todo lo que quedaba de esa capa brillante de conciencia era una angosta franja que se elevaba desde el suelo hasta por encima de los dedos de los pies. 

Esa franja permitía al ser humano continuar vivo, pero sólo apenas. Como si hubiera estado en un sueño, oí a don Juan Matus explicando que, hasta donde él sabía, la humanidad era la única especie que tenía la capa brillante de conciencia por fuera del capullo luminoso. Por lo tanto, se volvió presa fácil para una conciencia de distinto orden, tal como la pesada conciencia del predador. Luego hizo el comentario más injuriante que había pronunciado hasta el momento. Dijo que esta angosta franja de conciencia era el epicentro donde el ser humano estaba atrapado sin remedio. Aprovechándose del único punto de conciencia que nos queda, los predadores crean llamaradas de conciencia que proceden a consumir de manera despiadada y predatorial. Nos otorgan problemas banales que fuerzan a esas llamaradas de conciencia a crecer, y de esa manera nos mantienen vivos para alimentarse con la llamarada energética de nuestras seudo-preocupaciones.

Algo debía de haber en lo que don Juan decía, pues me resultó tan devastador que a este punto se me revolvió el estómago. Después de una pausa suficientemente larga para que me pudiera recuperar, le pregunté a don Juan: 

-¿Pero por qué, si los chamanes del México antiguo, y todos los chamanes de la actualidad, ven los predadores no hacen nada al respecto? 

-No hay nada que tú y yo podamos hacer -dijo don Juan con voz grave y triste-. Todo lo que podemos hacer es disciplinarnos hasta el punto de que no nos toquen. ¿Cómo puedes pedirles a tus semejantes que atraviesen los mismos rigores de la disciplina? Se reirán y se burlarán de ti, y los más agresivos te darán una patada en el culo. Y no tanto porque no te crean. En lo más profundo de cada ser humano, hay un saber ancestral, visceral acerca de la existencia del predador. 

Mi mente analítica se movía de un lado a otro como un yo-yo. Me abandonaba y volvía, me abandonó de nuevo y volvía otra vez. Lo que don Juan estaba afirmando era absurdo e increíble. Al mismo tiempo, era algo de lo más razonable, tan simple. Explicaba cada contradicción humana que se me pudiera ocurrir. ¿Pero cómo podría cualquier persona haber tomado esto con seriedad? Don Juan me empujaba al paso de una avalancha que me derribaría para siempre. Sentí otra ola de una sensación amenazante. La ola no provenía de mí, y sin embargo estaba unida a mí. Don Juan estaba haciéndome algo, algo misteriosamente positivo y a la vez terriblemente negativo. Lo sentí como un intento de cortar una fina lámina que parecía estar pegada a mí. Sus ojos estaban fijos en los míos, me miraba sin parpadear. Alejó sus ojos de mí y comenzó a hablar sin volver a mirarme.

-Cuando las dudas te asalten hasta el punto de que corras peligro -dijo-, haz algo pragmático al respecto. Apaga la luz. Perfora la oscuridad. Averigua qué puedes ver. Se levantó para apagar la luz. Lo frené.

-No, no, don Juan -dije-, no apague la luz. Estoy bien. Lo que sentía era algo fuera de lo normal, un inusual miedo a la oscuridad. El solo pensar en ella me producía jadeos. Definitivamente sabía algo visceralmente, pero ni loco lo tocaría o lo traería a la superficie, ¡por nada del mundo!

-Viste las sombras fugaces contra los árboles -dijo don Juan, reclinándose en su silla-. Estuviste muy bien. Ahora me gustaría que las vieras en esta habitación. No estás viendo nada. Simplemente estás captando imágenes fugaces. Tienes suficiente energía para hacerlo. 

Temía que don Juan se levantara y apagara la luz de la habitación, y así lo hizo. Dos segundos más tarde yo estaba gritando a grito pelado. No sólo capté la visión de esas imágenes fugaces, sino que las oí zumbando en mis oídos. Don Juan prendió la luz mientras se doblaba de risa. 

-¡Qué tipo temperamental! -dijo-. Un completo incrédulo, por un lado, y por el otro un pragmatista. Tienes que arreglar esta lucha interna. Si no, vas a hincharte y a reventar como sapo. 

Don Juan continuó hincándome su púa más y más profundo.

-Los chamanes del México antiguo -dijo- vieron al predador. Lo llamaron el volador porque brinca en el aire. No es nada lindo. Es una enorme sombra, de una oscuridad impenetrable, una sombra negra que salta por el aire. Luego, aterriza de plano en el suelo. Los chamanes del México antiguo estaban bastante inquietos con saber cuándo había hecho su aparición en la Tierra. Razonaron que era que el hombre debía haber sido un ser completo en algún momento, con estupendas revelaciones, proezas de conciencia que hoy en día son leyendas mitológicas. Y luego todo parece desvanecerse y nos quedamos con un hombre sumiso. 

Quería enojarme, llamarlo paranoico, pero de algún modo mi rectitud inflexible que por lo general se escondía justo por debajo de la superficie de mi ser, no estaba allí. Algo en mí estaba más allá de hacerle mi pregunta favorita: ¿Qué pasa si lo que él dice es verdad?

Aquella noche, al tiempo que me hablaba, de todo corazón sentí que lo que me decía era verdad, pero al mismo tiempo y con igual fuerza, sentí que todo lo que me estaba diciendo era completamente absurdo.

-¿Qué me está diciendo, don Juan? -pregunté débilmente. 

Mi garganta estaba constreñida. Apenas podía respirar.

-Lo que estoy diciendo es que no nos enfrentamos a un simple predador. Es muy ingenioso, y es organizado. Sigue un sistema metódico para volvernos inútiles. El hombre, el ser mágico que es nuestro destino alcanzar, ya no es mágico. Es un pedazo de carne. No hay más sueños para el hombre sino los sueños de un animal que está siendo criado para volverse un pedazo de carne: trillado, convencional, imbécil. 

Las palabras de don Juan estaban provocando una extraña reacción corporal en mí, comparable a la sensación de náusea. Era como si nuevamente me fuera a enfermar del estómago. Pero la náusea provenía del fondo de mi ser, desde los huesos. Me convulsioné involuntariamente. Don Juan me sacudió de los hombros. Sentí mi cuello bamboleándose hacia delante y hacia atrás bajo el impacto de su apretón. Su maniobra me calmó de inmediato. Me sentí mejor, más en control. 

-Este predador -dijo don Juan-, que por supuesto es un ser inorgánico, no nos es del todo invisible, como lo son otros seres inorgánicos. Creo que de niños sí los vemos, y decidimos que son tan terroríficos que no queremos pensar en ellos. Los niños podrían, por supuesto, decidir enfocarse en esa visión, pero todo el mundo a su alrededor lo disuade de hacerlo. »La única alternativa que le queda a la humanidad -continuó- es la disciplina. La disciplina es el único repelente. Pero con disciplina no me refiero a arduas rutinas. No me refiero a levantarse cada mañana a las cinco y media y a darte baños de agua helada hasta ponerte azul. Los chamanes entienden por disciplina la  capacidad de enfrentar con serenidad circunstancias que no están incluidas en nuestras expectativas. Para ellos, la disciplina es un arte: el arte de enfrentarse al infinito sin vacilar, no porque sean fuertes y duros, sino porque están llenos de asombro.

-¿De qué manera sería la disciplina de un brujo un repelente? -pregunté. -Los chamanes dicen que la disciplina hace que la capa brillante de conciencia se vuelva desabrida al volador -dijo don Juan, escudriñando mi cara como queriendo encontrar algún signo de incredulidad-. El resultado es que los predadores se desconciertan. Una capa brillante de conciencia que sea incomible no es parte de su cognición, supongo. Una vez desconcertados, no les queda otra opción que descontinuar su nefasta tarea. »Si los predadores no nos comen nuestra capa brillante de conciencia durante un tiempo -continuó-, ésta seguirá creciendo. Simplificando este asunto en extremo, te puedo decir que los chamanes, por medio de su disciplina, empujan a los predadores lo suficientemente lejos para permitir que su capa brillante de conciencia crezca más allá del nivel de los dedos de los pies. Una vez que pasa este nivel, crece hasta su tamaño natural. Los chamanes del México antiguo decían que la capa brillante de conciencia es como un árbol. Si no se lo poda, crece hasta su tamaño y volumen naturales. A medida que la conciencia alcanza niveles más altos que los dedos de los pies, tremendas maniobras de percepción se vuelven cosa corriente. »El gran truco de esos chamanes de tiempos antiguos -continuó don Juan- era sobrecargar la mente del volador con disciplina. Descubrieron que si agotaban la mente del volador con silencio interno, la instalación foránea saldría corriendo, dando al practicante envuelto en tal maniobra la total certeza del origen foráneo de la mente. La instalación foránea vuelve, te aseguro, pero no con la misma fuerza, y comienza un proceso en que la huida de la mente del volador se vuelve rutina, hasta que un día desaparece de forma permanente. ¡Un día de lo más triste! Ése es el día en que tienes que contar con tus propios recursos, que son prácticamente nulos. No hay nadie que te diga qué hacer. No hay una mente de origen foráneo que te dicte las imbecilidades a las que estás habituado. -Mi maestro, el nagual Julián, les advertía a todos sus discípulos -continuó don Juan-, que éste era el día más duro en la vida de un chamán, pues la verdadera mente que nos pertenece, la suma total de todas nuestras experiencias, después de toda una vida de dominación se ha vuelto tímida, insegura y evasiva. Personalmente, puedo decirte que la verdadera batalla de un chamán comienza en ese momento. El resto es mera preparación. 

Me puse verdaderamente agitado. Quería saber más, y sin embargo, un extraño sentimiento en mí imploraba que parara. Aludía a oscuros resultados y a castigos, algo así como la ira de Dios descendiendo sobre mí por meterme con algo velado por Dios mismo. Hice un esfuerzo supremo para permitir que mi curiosidad prevaleciera. 

-¿Qué-qué-qué significa usted -me escuché decir-, con eso de agotar la mente del volador? 

-La disciplina definitivamente agota la mente foránea -contestó don Juan-. Entonces, a través de su disciplina, los chamanes se deshacen de la instalación foránea. 

Estaba abrumado por sus afirmaciones. O bien don Juan estaba verdaderamente loco, o lo que me estaba diciendo era tan asombroso que me había congelado por completo. Noté, sin embargo, con qué rapidez junté la energía para negarlo todo. Después de un instante de pánico, comencé a reír, como si don Juan me hubiera contado un chiste. Incluso me escuché decir: -¡Don Juan, don Juan, es usted incorregible! 

Don Juan parecía entender todo lo que estaba sucediéndome. Movió su cabeza de lado a lado y alzó sus ojos a los cielos, en un gesto de fingida desesperación.

-Soy tan incorregible -dijo-, que voy a darle a la mente del volador, que llevas dentro de ti, una sacudida más. Te voy a revelar uno de los secretos más extraordinarios de la brujería. Te voy a describir un hallazgo que les tomó a los chamanes miles de años para verificar y consolidar.

Me miró y sonrió de manera maliciosa. 

-La mente del volador huye para siempre cuando un chamán logra asirse a la fuerza vibradora que nos mantiene unidos como conglomerado de fibras energéticas. Si un chamán mantiene esa presión durante suficiente tiempo, la mente del volador huye derrotada. Y eso es exactamente lo que vas a hacer: agarrarte a la energía que te mantiene unido. 

Tuve la reacción más inexplicable que jamás hubiera imaginado. Algo en mí literalmente tembló, como si hubiese recibido una sacudida. Entré en un estado de miedo injustificado, el que inmediatamente relacioné con mi entrenamiento religioso. Don Juan me miró de la cabeza a los pies. 

-Temes la ira de Dios, ¿verdad? -dijo-. Quédate tranquilo, ése no es tu miedo. Es el temor del volador, que sabe que harás exactamente como te digo. 

Sus palabras no me calmaron en absoluto. Me sentí peor. Comencé a convulsionarme de manera involuntaria, sin poder evitarlo. 

-No te preocupes -dijo don Juan de manera calma-. Sé, de hecho, que esos ataques se extinguen de lo más pronto. La mente del volador no tiene concentración alguna.

Después de un momento, todo paró, como lo había previsto don Juan. Decir nuevamente que estaba abrumado es un eufemismo. Ésta era la primera vez en mi vida, con o sin don Juan, que no sabía si iba o venía. Quería levantarme de la silla y caminar por la habitación, pero estaba mortalmente asustado. Estaba lleno de aserciones racionales, y a la vez repleto de un miedo infantil. Comencé a respirar profundo, mientras un sudor  frío me cubría todo el cuerpo. De alguna manera se había desatado en mí una horrenda visión: sombras negras, fugaces brincando a mi alrededor, dondequiera que mirara. Cerré los ojos y me recliné sobre el brazo de la silla. -No sé para dónde mirar, don Juan -dije-. Esta noche ha logrado realmente que me pierda. 

-Estás desgarrado por una lucha interna -dijo don Juan-. Muy en lo profundo, sabes que eres incapaz de rechazar el acuerdo de que una parte indispensable de ti, tu capa brillante de conciencia, servirá de alimento incomprensible a unas entidades, naturalmente, también incomprensibles. Y otra parte de ti se opondrá a esta situación con toda su fuerza. »La revolución de los chamanes -continuó-, es que se rehúsan a honrar acuerdos en los que no han participado. Nadie me preguntó si consentía ser comido por seres de otra clase de conciencia. Mis padres me trajeron a este mundo para ser comida, sin más, como lo fueron ellos; fin de la historia.

Don Juan se levantó de la silla y estiró los brazos y las piernas. -Llevamos horas aquí sentados. Es hora de entrar en la casa. Yo voy a comer. ¿Quieres comer conmigo? 

Le dije que no. Mi estómago estaba revuelto.

-Mejor vete a dormir -dijo- El bombardeo te ha devastado.

No necesité que me insistiera. Me derrumbé en mi cama y caí dormido como un tronco. Ya en casa, a medida que pasaba el tiempo, la idea de los voladores se volvió una de las principales fijaciones de mi vida. Llegué a pensar que don Juan tenía toda la razón. Por más que intentara, no podía rechazar su lógica. Mientras más lo pensaba, y mientras más me observaba y hablaba con mis prójimos, la convicción era más y más intensa de que algo nos impedía toda actividad o interacción o pensamiento que no tuviese como punto focal, el yo. Mi preocupación, como la preocupación de cualquiera que yo conociera o con el que yo hablara, era el yo. Como no encontraba explicación para tal homogeneidad universal, concluí que la línea de pensamiento de don Juan era la más apropiada para elucidar el fenómeno. Me sumergí tanto como pude en lecturas de mitos y leyendas. Al leer, experimenté algo que nunca antes había sentido: cada uno de los libros que leí era una interpretación de mitos y leyendas. En cada uno de esos libros, una mente homogénea se hacía patente. Los estilos diferían, pero el impulso detrás de las palabras era homogéneamente el mismo: a pesar de ser el tema algo tan abstracto como los mitos y las leyendas, los autores se las arreglaban siempre para encajar afirmaciones acerca de ellos mismos. El impulso común detrás de cada uno de estos libros no era el tema que anunciaban; era, en su lugar, autoservicio. Nunca antes me había dado cuenta de esto. Atribuí mi reacción a la influencia de don Juan. La pregunta inevitable que me hacía a mí mismo era: ¿Será que don Juan me está influyendo para verlo de esta manera, o hay realmente una mente foránea dictándonos todo lo que hacemos? Viraba otra vez, obligadamente, a la negación, e iba como loco de negación a aceptación a negación. Algo en mí sabía que don Juan quería llegar a un hecho energético, pero algo de igual importancia en mí sabía que era todo un disparate. El resultado final de mi lucha interna vino bajo la forma de un presentimiento, la sensación de que algo peligroso e inminente se acercaba. Hice una gran cantidad de estudios antropológicos en el tema de los voladores en otras culturas, pero no encontré referencia alguna. Don Juan parecía ser la única fuente de información sobre el tema.

La siguiente vez que lo vi, me apresuré a hablarle de los voladores.

-He hecho lo posible por ser racional sobre el tema -dije-, pero no puedo. Hay momentos en que estoy totalmente de acuerdo con usted acerca de los predadores.

-Enfoca tu atención en las sombras fugaces que puedes ver -dijo don Juan con una sonrisa.

Le dije a don Juan que esas sombras fugaces terminarían con mi vida racional. Las veía por todas partes. Desde que me había ido de su casa, era incapaz de dormirme en la oscuridad. Dormir con las luces encendidas no me molestaba en absoluto. Sin embargo, en cuanto las apagaba todo a mi alrededor comenzaba a dar saltos. Nunca veía figuras o formas completas. Todo lo que veía eran sombras fugaces negras.

-La mente del volador no te ha abandonado -dijo don Juan-. Ha sido seriamente injuriada. Está haciendo lo posible por restablecer su relación contigo. Pero algo en ti se ha roto para siempre. El volador lo sabe. El verdadero peligro está en que la mente del volador te puede vencer agotándote y forzándote a abandonar jugando con la contradicción entre lo que ella te dice y lo que yo te digo. »Te digo, la mente del volador no tiene competidores -continuó don Juan-. Cuando propone algo, está de acuerdo con su propia proposición, y te hace creer que hiciste algo de valor. La mente del volador te dirá que lo que don Juan Matus te está diciendo es puro disparate, y luego la misma mente estará de acuerdo con su propia proposición. "Sí, por supuesto, es un disparate", dirás. Así nos vencen. »Los voladores son una parte esencial del universo -continuó-, y deben tomarse como lo que son realmente: asombrosos, monstruosos. Son el medio por el cual el universo nos pone a prueba. »Somos sondas creadas por el universo -siguió, como si yo no estuviera presente-, y es porque somos poseedores de energía con conciencia, que somos los medios por los que el universo se vuelve consciente de sí mismo. Los voladores son los desafiantes implacables. No pueden ser considerados de ninguna otra forma. Si lo logramos, el universo nos permite continuar. 

Quería que don Juan siguiera hablando. Pero sólo dijo: -El bombardeo terminó la última vez que estuviste aquí; no hay más qué decir acerca de los voladores. Es tiempo de otra clase de maniobra. 

Esa noche no pude dormir. Caí en un sopor liviano a la madrugada, hasta que don Juan me sacó de la cama, y me llevó a una caminata por las montañas. Donde él vivía, la configuración de las montañas era muy distinta a la del desierto de Sonora, pero me dijo que no me entregara a comparar, ya que después de caminar un kilómetro, todos los lugares del mundo son iguales.
-Disfrutar del panorama es para gente que pasea en automóviles -dijo-. Van a gran velocidad sin hacer ningún esfuerzo. Los panoramas no son para caminantes. »Por ejemplo, cuando vas en coche puedes ver una montaña gigantesca que te abruma con su belleza. La vista de esa montaña no te va a abrumar de la misma forma si la ves mientras vas de a pie; te va a abrumar de otra forma, especialmente si debes escalarla o rodearla. 

La mañana estaba muy calurosa. Caminamos por el lecho seco de un río. Una cosa en común entre este valle y el desierto de Sonora eran los millones de insectos. Los mosquitos y las moscas a mi alrededor parecían bombarderos suicidas que apuntaban a mi nariz, a mis ojos y a mis orejas. Don Juan me dijo que no les prestara atención a sus zumbidos. -No trates de espantarlos con tus manos -me lanzó en tono firme-. Intenta que se alejen. Forma una barrera energética a tu alrededor. Estáte en silencio, y desde ese silencio se construirá la barrera. Nadie sabe cómo se hace. Es una de esas cosas que los chamanes llaman hechos energéticos. Para tu diálogo interno. Eso es todo lo que se necesita. »Quiero proponerte una idea un poco rara -continuó don Juan mientras caminaba delante de mí. Yo tenía que acelerar mis pasos para mantenerme cerca de él, y así no perderme nada de lo que él decía. -Tengo que insistir en que es una idea rara que encontrará en ti infinita resistencia -dijo-. Debo advertirte que no la aceptarás con facilidad. Pero no por el hecho de que es rara debes rechazarla. Eres un científico social. Por lo tanto, tu mente está siempre abierta a la investigación, ¿verdad? 

Don Juan se estaba burlando de mí desvergonzadamente. Yo lo sabía, pero no me molestaba. Quizá porque él caminaba tan rápido y yo debía seguirle el paso haciendo tremendos esfuerzos, su sarcasmo se deslizaba sobre mí, y en lugar de molestarme, me hacía reír. Mi atención total estaba enfocada en lo que él decía, y los insectos, o bien dejaron de molestarme porque había intentado una barrera a mi alrededor, o porque estaba tan ocupado escuchando a don Juan, que ya no me molestaban sus zumbidos. 

-La idea rara -dijo lentamente, midiendo el efecto de sus palabras- es que todo ser humano en esta Tierra parece tener las mismas reacciones, los mismos pensamientos, los mismos sentimientos. Parecen responder de la misma manera a los mismos estímulos. Esas reacciones parecen estar en cierto modo nubladas por el lenguaje que hablan, pero si escarbamos esa superficie son exactamente las mismas reacciones que asedian a cada ser humano en la Tierra. Me gustaría que esto te causara curiosidad como científico social, por supuesto, y que veas si puedes explicar esta homogeneidad. 

Don Juan recolectó una serie de plantas. Algunas apenas eran visibles. Parecían ser algas, musgos. Mantuve abierta su bolsa y dejamos de hablar. Cuando tuvo suficientes plantas, se encaminó hacia su casa y comenzó a caminar a toda velocidad. Dijo que quería limpiar y separar esas plantas y ordenarlas antes de que se secaran demasiado. Yo me encontraba absorto pensando en la tarea que él me había delineado. Comencé por pensar si conocía algún artículo o trabajo sobre el tema. Supuse que debía investigarlo, y decidí que comenzaría por leer todo lo escrito sobre «carácter nacional». Me entusiasmé de manera fortuita con el tema, y quería volver en seguida a mi casa y emprender la tarea con seriedad; sin embargo, antes de llegar a su casa, don Juan se sentó en una saliente alta que daba sobre el fondo del valle. No dijo nada por un rato. No le faltaba el aire. Yo no comprendía por qué se había detenido a sentarse. 

-La tarea del día, para ti -dijo abruptamente, en tono de presagio-, es una de las tareas más misteriosas de la brujería, algo que va más allá del lenguaje, más allá de las explicaciones. Hoy nos fuimos de caminata, hablamos, porque el misterio de la brujería debe ser amortiguado con lo mundano. Debe partir de la nada, y debe volver nuevamente a la nada. Ése es el arte del guerrero-viajero: pasar por el ojo de una aguja sin ser notado. Por tanto, prepárate acomodando tu espalda contra esta pared de roca, lo más lejos posible del borde. Estaré cerca de ti, en caso de que te desmayes o te caigas.

-¿Qué está tramando, don Juan? -pregunté, y mi alarma era tan patente que en seguida bajé la voz. -Quiero que cruces las piernas y entres en un estado de silencio interno -dijo-. Digamos que quieres averiguar qué artículos podrías buscar para desacreditar o comprobar lo que te he pedido que hagas en tu medio académico. Entra en el silencio interno, pero no te duermas. Éste no es un viaje al oscuro mar de la conciencia. Esto es ver desde el silencio interno.

Me era bastante difícil entrar en un estado de silencio interno sin quedarme dormido. Luché contra el casi invencible deseo de dormir. Logré evitarlo, y me encontré mirando el fondo del valle desde la impenetrable oscuridad que me rodeaba. Y luego vi algo que me estremeció hasta los huesos. Vi una sombra gigantesca, quizá de un ancho de cinco metros, saltando en el aire y luego aterrizando con un golpe ahogado y silencioso. Sentí el golpe en mis huesos, pero no lo oí.

-Son verdaderamente pesados -don Juan me dijo al oído. Me estaba agarrando del brazo izquierdo, lo más fuerte que podía. Vi algo, como una sombra de barro meneándose en el suelo, y luego dio otro salto, quizá de unos quince metros, y volvió a aterrizar con el mismo silencioso golpe. Estaba aterrorizado más allá de todo lo que racionalmente pudiera usar como descripción. Mantuve mis ojos fijos en la sombra saltando en el fondo del valle. Luego escuché un zumbido peculiar, una mezcla entre el sonido de un batir de alas, y el sonido de una radio que no ha sintonizado la frecuencia de una estación, y el golpe que siguió fue algo inolvidable. Nos sacudió a don Juan y a mí hasta los huesos -una gigantesca sombra de barro negra acababa de aterrizar a nuestros pies.

-No te asustes -dijo don Juan en tono imperativo-. Mantén tu silencio interno y la sombra se irá. Yo temblaba de pies a cabeza. Tenía la clara impresión de que si no mantenía mi silencio interno activo, la sombra de barro me envolvería como una frazada y me sofocaría. Sin perder la oscuridad a mi alrededor, grité con toda mi fuerza. Nunca había sentido tanto enojo, tanta frustración. La sombra de barro dio otro salto, claramente hacia el valle. Continué gritando mientras sacudía mis piernas. Quería deshacerme de lo que fuera que viniera a comerme. Mi estado nervioso era tal, que perdí la noción del tiempo. Quizá me desmayé. 

Cuando recuperé el sentido, estaba recostado en mi cama en casa de don Juan. Tenía una toalla, empapada de agua helada, envuelta sobre la frente. Ardía de fiebre. Una de las compañeras de don Juan me frotaba la espalda, el pecho y la frente con alcohol, pero no sentía ningún alivio. El calor que sentía provenía de mí mismo. La impotencia y la ira lo generaban. Don Juan reía como si lo que me sucedía fuera lo más gracioso en el mundo. Sus carcajadas resonaban una tras otra. 

-Jamás se me hubiera ocurrido que tomarías el ver a un volador tan a pecho -dijo. Me tomó de la mano y me llevó a la parte posterior de su casa, donde me sumergió en un enorme tanque de agua, completamente vestido, con zapatos, reloj, y todo.

-¡Mi reloj, mi reloj! -grité. Don Juan se contorsionaba de risa. -No deberías usar reloj cuando vienes a verme -dijo-. ¡Ahora lo chingaste por completo! Me saqué el reloj y lo puse a un lado de la bañera. Recordé que era a prueba de agua y que nada le hubiera sucedido.

Estar sumergido en el tanque me ayudó inmensamente. Cuando don Juan me ayudó a salir del agua helada, yo había recuperado cierto grado de control. 

-¡Esa visión es absurda! -no hacía yo otra cosa que repetir, incapaz de decir nada más.

El predador que don Juan había descrito no era benévolo. Era enormemente pesado, vulgar, indiferente. Sentí su despreocupación por nosotros. Sin duda, nos había aplastado épocas atrás, volviéndonos, como don Juan había dicho, débiles, vulnerables y dóciles. Me quité la ropa húmeda, me cubrí con un poncho, me senté en la cama, y lloré desconsoladamente, pero no por mí. Yo tenía mi ira, mi intento inflexible, para no dejarme comer. Lloré por mis semejantes, especialmente por mi padre. Nunca supe, hasta ese momento, que lo quería tanto. 

-Nunca tuvo la opción -me escuché repetir una y otra vez, como si las palabras no fueran realmente mías. Mi pobre padre, el ser más generoso que conocía, tan tierno, tan gentil, tan indefenso."